El anuncio de “Learn365RI” fue noticia en todos los medios de comunicación, y sirvió para que la Asociación de Gobernadores Demócratas publicara un comunicado, no sobre el realismo de alcanzar la meta mediante esta vía, sino sobre las excepcionalidades de un plan, que es, por su naturaleza, proselitista. “golocalprov.com” lo definió como un “sistema estatal fuera de los programas educativos de las escuelas”.
Cada municipalidad que acuerde participar deberá formalizar una propuesta para recibir una beca de, entre $50 mil y $400 mil dólares. Lo cual implica, como mínimo, formar un equipo de trabajo, y generar ideas acordes con los puntos desglosados por el Plan McKee (“Learn365RI”). También significaría contratar personal, o la utilización de personal existe, y probablemente, pago de consultantes. Pero aparte de la meta educacional, la estrategia política, es ya un éxito, a juzgar por el número de ciudades y pueblos que oficialmente se han comprometido a participar.
Algunos de los puntos son viables; como el reducir los altos niveles de ausencia estudiantil, y un incremento en ayudas financieras que viabilicen mayor acceso universitario, lo que se puede conseguir involucrando instituciones especializadas existentes. Pero un punto perdido, es lo atinente a invertir esfuerzos y recursos en responder al exacerbamiento de los problemas de salud mental que acrecentaron durante la pandemia, especialmente en estudiantes de intermedia y secundaria. Relegar esta situación tan particularmente devastadora, es una oportunidad perdida, y el hecho de que el estado disponga de recursos que fueron asignados para combatir los estragos de la pandemia, hace que lo obviado inexplicable.
Imagino que un buen número de estudiantes podría beneficiarse, pero no es necesariamente que con esto saldremos del abismo donde esta brecha añeja nos tiró, obligándonos a oír cada cierto tiempo, promesas tan huecas como agujerear el aire con las manos. Por mucho tiempo vemos en Massachusetts, un punto de referencia de hacia dónde queremos ir o llegar; pero nos está tomando demasiado tiempo, precisamente por concentrar esfuerzos fuera de las aulas, empujando estudiantes hacia un sistema descentralizado del que financieramente seguimos siendo responsables con nuestros impuestos, y por incitar el razonamiento ”políticamente” ineludible de que la culpa de un desempeño académico pobre, es de los maestros, y no de la insaciable ambición de poder de la clase política.
Es notorio el hecho de que McKee fijara como objetivo el año 2030. Un diseño político maestro. Sobre todo, porque el término actual finaliza antes, y, por tanto, necesita ganar otra elección para cumplir su promesa, y constitucionalmente la renovación de término debe ser consecutiva.
El Gobernador McKee es políticamente sabio. Él sabe que los municipios son una base de sustento político, y reconoce que atraer a incumbentes municipales, es una vía de relevancia política para la concreción de futuros proyectos electorales. Sobre todo, teniendo en cuenta que, para el venidero proceso electoral, podríamos tener formidables actores políticos, buscando abrir y expandir espacio de poder, incluido el fiscal general Peter Neronha, y la ex presidenta de la red de farmacias CVS, Helena G. Buonanno Foulkes. [JL]